El tiempo pasará

Pues aquí estoy en amaneciendo después de una noche perfecta de insomnio. Ya lo tengo decidido cuando vuelva al psiquiatra me voy a poner a hablar sin parar ni para coger aire y le voy a pedir lo que ya sus colegas me recetaron hace más de una docena de años cuando las garras de la depresión me atraparon por primera vez. Se llama Dormicum y es un superfármaco que se da a modo de anestesia para algunas operaciones, claro que por via intravenosa y no en pastilla como yo lo tomaba.

Tan fuerte es el invento que el prospecto asegura sin margen de duda que en 5 minutos oiga, te deja K.O. pues oye que no, que yo llegaba a la media hora como si tal cosa y a veces incluso más, pero eso sí, al final me dormía que es justo lo que yo necesito porque si no duermo las 8 horas de rigor en lugar de las tres habituales, corro el riesgo de volverme loco y esto sí que no.

Que yo me conozco, son ya muchos años conmigo mismo qué quieren que les diga y sé mejor que nadie de que pie cojeo. Suerte tenemos de ser bípedos. Me sé mis puntos débiles y los fuertes si los hubiere, también, hasta canto como un monje la Salve en Latín, un conocimiento tan perfectamente inútil como innecesario para los tiempos que corren. No sé que opinará Risto de todo esto.

A la foto no le hagan mucho caso, ó bueno sí, se trata de un experimento, estoy como un piloto probador de F1 a la búsqueda de eso que llaman un estilo propio, no se bien para qué. En los próximos dias saldrán fotos raras y luego ya tatachán las que tengo procesadas con mi nuevo sistema ultrasecreto. La pócima Ripley.

Os dejo nuevas fotos en:

Ripley en Blanco y Negro y en:

vallevidal

Dooley Wilson. As time goes bye