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domingo, 27 de noviembre de 2011

En esta tarde gris



Nubes y claros sobre la ciudad de Madrid habían dicho en televisión. Con posibilidad de chubascos ocasionales pero que en ningún caso iban a dejar grandes cantidades de agua, quizá por eso el Parque del Retiro estaba más vacío de lo normal para un domingo perfectamente otoñal.

Lo mejor de todo es que no estaban los habituales antisistema con sus tambores de guerra dándo la lata y las gentes podíamos pasear tranquilas en solitario ó en pareja, a pie ó sobre patines, en bicicleta ó monopatín el que sepa hacerlo, claro. Cuándo yo era un imberbe, atrevido, espigado e inconsciente jovenzuelo pedí a mi madre que me comprara uno como el de Julito sin valorar los riesgos ni mi habitual torpeza para el manejo de los pies, se habían puesto de moda y todos mis compañeros tenían uno. Si apruebas matemáticas lo tienes -me dijo como si llevara entrenada la respuesta.

Claro, ¡que lista! ¡tenían que ser las dichosas matemáticas! jugaba sobre seguro porque yo siempre he aprobado matemáticas en septiembre, por los pelillos y cuando no había más remedio. Finalmente llegamos a una especie de "entente cordiale", vamos lo que viene siendo a un acuerdo, sólo podía suspender una, en ese trimestre. Tradicionalmente venía arrastrando tres, además de la citada siempre me quedaban física y química. Cumplí lo pactado y ella también.

Al dia siguiente me caía de cara y me partía los dientes en el primer y último intento, me atravesé el labio inferior con ellos y aún hoy se me nota la marca de aquel trompazo. No sé porque diablos no caí como Dios manda, esto es, con el culo que es donde más mullidos solemos estar, el caso es que por alguna razón mi cara decidió con mayor rapidez y se estrelló contra el asfalto con las consecuencias anteriormente descritas. Como es natural, sangré como un cochino y la camiseta se tiñió de rojo. Todo muy alarmante pero yo no sentía dolor, me fastidiaba más que las gentes miraran y lo que pudieran pensar de mí. Lo típicamente español, vaya.

El monopatín pasó al trastero, y centré casi todos mis esfuerzos en el cubo de rubik que ese mismo año me habían traido los Reyes Magos, porque me había portado razonablemente bien.

John Lenon. Imagine

8 comentarios:

  1. me encantó la foto y la historia. fue un placer estar por tu sitio

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  2. Yo lo del patinete solo lo he probado ya con barba, el de mi hijo. No me caí, pero tampoco recorrí mucho hasta que lo dejé. Prefiero la bicicleta.

    Un abrazo.

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  3. Estoy por pensar que lo suyo, mi estimado Ripley, es la literatura; estas memorias te van a llevar al estrellato, hasta la Editorial Planeta no paramos. Cada vez me gustan más.
    Lo que sí no es para ti es el monopatín. (Ni los teleféricos jaja)
    Me gusta la imagen, esos tonos son lindos. Ya sabes que no hablo de técnicas, porque no quiero, y porque no sé. (Rebelión de sábado)
    Te mando muchos besos en primavera.

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  4. Una buena historia y una mejor fotografía amigo Adolfo, me encanta el procesado que le has aplicado, te ha quedado una belleza. Un gran abrazo amigo mío

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  5. Me gusta mucho tu foto, es de las últimas de las que mas me gustan, para mi con un poco mas de luz perfecta. Gracias por tu visita y tu amable comentario siempre muy valorado.
    Un abrazo.

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  6. ¡Como añoro pasear por el Retiro y más ahora en otoño!. Bella estampa amigo. Un saludo.

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  7. Vaya, vaya, podríamos crear un grupo de damnificados por tamaño artilugio.
    Un abrazo

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  8. Pues el cubo de Rubik es muy del agrado de los matemáticos, ¿qué escondes, Ripley? :p

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