Iba a titular esta foto "la solitaria" pero luego me pareció escatológica y de mal gusto. Lo puedo explicar.
Vuelvo de nuevo a los años infantiles para decirles que mi abuela materna insistía mucho en que el niño no engordaba porque tenía en los intestinos "la solitaria" ó lo que es lo mismo "la Tenia", que según la RAE es lo que sigue: "Gusano platelminto del orden de los Cestodos, cuya anchura aumenta gradualmente, y puede alcanzar varios metros de longitud..."
¿Que qué tiene esto que ver conmigo? pues que todo lo que yo comía se lo comía a su vez el dichoso gusano y por tanto yo no podía engordar. Mi abuela, que era de aquella manera pretendía sacarme el animalito por la boca dándome sal, pues según su particular modo de entender la naturaleza y su funcionamiento el bicho necesitaría agua y para conseguirla se moveria desde mis tripas hacia la boca buscando un lugar con agua. Y allí en la boca justo en el momento preciso estaría ella esperándo para arrancarme el monstruo.
Lo sé, lo sé. Espantoso. Ni al mismísimo Ridley Scott se le ocurrió para su Alien.
Me ha dicho el cura de mi pueblo -que ni tengo pueblo ni por supuesto tiene cura- que si no se pasan ipso factamente por mi blog de Blanco y negro y dicen lo bonita y lo mucho que les gusta la foto, los va a excomulgar a todos a la voz de ¡ya! pero vamos, que dicho desde el cariño, claro.
Frank Sinatra. I´ve got you under my skin
Genial historia la de la tenia...
ResponderEliminarY la foto me gusta mucho también. Me recuerda a ese Madrid de comidas solitarias. Me pareció horroroso cuando empecé a ver en la capital a personas comiendo solas cara a la pared. Cual castigo de las grandes ciudades.
Firmado: Una de provincias.
Bueno pues parece que la tenia se deshizo al final solita. Eso sí, lo de la sal tenía que ser una tortura... ¡qué sed todo el día!
ResponderEliminar¡Ah! La foto... un robado de esos que tu sabes hacer tan bien, aunque el flashazo lo tuvo que notar por narices.
Un abrazo.
Caray amigo, que historia.
ResponderEliminarDe la foto, te puedo decir que me gusta mucho.
Un abrazo
Desperté hace unos minutos, he preparado un rico desayuno de cumpleaños (no preguntes cuántos y mándame un regalito), abrí el blog, vi tu nueva entrada, vine a visitarte, miré la foto que me gusta muchísimo, llevé una tostada a mi boca y comencé a leer…¡Vaya historia!
ResponderEliminarMientras masticaba imaginaba el gusano, ainss, esto es muy raro jiji.
Con razón has quedado como has quedado (valga la redundancia) seguramente el Alien dejó alguna huella en ti para que tengamos la II Parte de la película.
Esto me recuerda que el Gobierno ha sacado una ley para los restaurantes, ahora no habrán saleros en las mesas; no sé a qué viene, pero es una asociación por la sal.
Llegué anoche y tengo libre hasta el lunes…Turururú.
Mis besos.
Decidí que dejaré la tostada para después. jaja
Vivian
Hola Ripley, lo raro es que esa morena este esperando, jejejejeje.
ResponderEliminarSi te pillan para el guión...
Un abrazo
De pequeños eran muy famosas las solitarias, todo el mundo hablaba de ellas. Sin embargo, hoy en día nadie las nombra, deben de haberse extinguido...excepto la tuya, que si no seguiste el consejo de tu abuela, aún seguirá pululando por tu estómago, jejeje, ten cuidado, no te coma los bocadillos :-)
ResponderEliminarMe voy al B/N, no vaya a ser que el cura ese me excomulgue...
Joder Rip, menuda historia nos traes!!!!, las cosas de los abuelos de antes, manda ooness
ResponderEliminarUn abrazo
¡Joder con tu abuela! No cabe duda que debió tener un pasado turbulento con entrenamiento de la KGB incluido en las más sofisticadas torturas.
ResponderEliminarYo no tuve la solitaria pero sí lombrices cuando era pequeño. Y la cosa era de lo más desagradable, créeme. Todo el día rascándome el culo. Gracias a Dios me dieron no sé qué medicamento y la cosa no pasó a mayores.
La "solitaria" de tu foto se ve que está cabreada por la tardanza o plantón de su churri. Me gusta la foto, sí.
Yo que tu me lo haría mirar, Ripley. Me gustaría saber qué cosa no te ha pasado a ti. Ya me dirás cómo te deshiciste de tan engorrosa inquilina de tus tripitas.
Un abrazo.
Hola Ripley!vaya historia la de las solitarias...a mi siempre me daban un miedo...veo que llevas un buen ritmo de entradas y muy bien enlazadas, yo estoy un poco ausente de la red a ver si me pongo al día.Estoy hasta arriba de trabajo.
ResponderEliminarabrazotedecisivo y cuídate.¿Todo bien?
Y como dicen por mi tierra: "¡así se quedó una!" Esperando, esperando y tu mientras mirando. Que bien que no dejes escapar esas oportunidades para capturar momentos irrepetibles de la vida cotidiana. Un abrazo.
ResponderEliminarVaya plantón, no?
ResponderEliminarSaludos y feliz fin de semana.
¿Adónde estás?
ResponderEliminarVivian
Vaya historias que nos cuentas , si es que tu vida da para un libro mas gordo y largo que la Tenia esa que alimentaste de pequeño.A mi eso me dicen mis amigos cuando me ven comer y , de momento, no engordo como elos, je je. Porque será ??
ResponderEliminarEse blog tuyo es atractivo por varios motivos,el fotogràfico y para mi algunas veces aún más por el literario. SIgue así que yo seguiré aquí.
Un abrazo y un placer haberte oido.
Jo que asco! Eso de los parasitos intestinales como que me da grima... pero bueno pasemos a la foto y al título que demuestra que tienes ingenio para repartir!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Ya imagino a tu abuela con el rodillo de amasar en la mano, mientras vigilaba tu garganta. En fín, menos mal que no asomó su cabecita ¿verdad?.
ResponderEliminarBuen momento captado entre mesas de vinos.
Saludos,
Solita, solitaria... interesante asociación de ideas, textos y sobre todo "robados" je je !!
ResponderEliminarTodo un tema lo dela solitaria cuando eramos niños.
Un abrazo.