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martes, 3 de enero de 2012

Montera con Gran Vía



Ripley siempre ha sido un hombre sin prisas y ésto comenzó a preocupar cuando cumplí los catorce. Era un niño feliz como una lombriz y no mostraba ningún interés por el género femenino, ó eso al menos es lo que pensaba mi madre ya que yo prefería quedarme en casa jugando con mis soldaditos pintados en témpera, así que una mañana me cogió del brazo y dijo: "nos vamos a dar un paseo", y me llevó a la calle Montera a ver señoritas prostitutas.

Si lo que pretendía era despertar mis apetitos sexuales les digo desde ya que no lo consiguió pues aquellas eran señoras mayores entradas en carne, pintadas capa sobre capa, con escotes sobresalientes y prominentes traseros por no decir culonas directamente, daban mas miedo y repelús que otra cosa.

La calle Montera continúa donde estaba pero ahora es peatonal y aunque sigue habiendo señoritas de moral distraida, la cosa ha cambiado mucho, ya no hay señoras españolas sino jóvenes latinas y de los paises del éste, también africanas. Lo que mi madre no llegó a saber es que por aquel entonces su hijo tenía muy claros sus instintos y ya veía porno y se hacía sus cosillas, y como los quiosqueros de entonces no tenían escrúpulos y yo llevaba pelusilla en el bigote, parecía algo mayor para mis años así que nunca me pusieron ningún "pero".

Lo más curioso de todo es que andado el tiempo Ripley trabajaría de dependiente en un Sex Shops, vendiendo pelis, muñecas hinchables y todo tipo de artilugios y artefactos imaginables para el placer.

Otro dia os cuento como conseguí cambiar la horripilante música dance que sonaba en mi local por el jazz y el swing.

Dinah Whashington. What a difference day made.

10 comentarios:

  1. ¡¡¡Pero en que sitios has llegado a trabajar!!!

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  2. ¡Ja, ja, ja, ja!

    ¡Lo que me faltaba por oír de ese Ripley al que aludes!

    Cuando yo digo que tu vida es motivo para una novela ganadora del Planeta, no exagero ni un pelo.

    Me interesa esa experiencia laboral tuya y me surgen muchas preguntas cuyas respuestas me corroen.

    ¿Acuden muchas señoras y señoritas a estos establecimientos? ¿Existen probadores tal y como ocurre en otros gremios? ¿Te ha preguntado alguna vez siquiera una señorita maciza y viciosilla por el tocador y le has contestado "servidor de usted"?

    Tengo más preguntas, pero eso me lo tienes que contar.

    Un gran abrazo.

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  3. Hombre el Swing y el Jazz, casi siempre, son bastante más relajantes a la par que rítmicos y entiendo que para un lugar así "funcionen" mejor, pero claro sólo es un suponer.

    Como dice Jota, son historias dignas de un buen libro

    Un abrazo

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  4. Las fotos donde hay reflejos siempre me sugieren un poco de jazz. No se bien el porque.
    Menuda novela autobiográfica que nos cuestas últimamente. ¡Bien!
    Un abrazo

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  5. Hola Ripley tus entradas ultimamente nos dejan...sin palabras y con ganas de más...asi es que a ponerte a ello.
    abrazotedecisivo

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  6. Me gusta el punto de vista de ésta fotografía, aunque también debo reconocer que lo tiene difícil a la hora de competir por la atención, con el relato que hoy nos dejas je je !! Como te explayes en esa fasceta laboral, casi que tendrás que abrir un blog con entrada prohibida para menores je je !!
    Un abrazo.

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  7. Hola Ripley, de aquí vendrá lo de ponerse el Mundo por Montera, jajajajaja, hay que joderse con el niño precoz, jajajajaja.

    Un abrazo

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  8. Si me alguien me anotaba para un concurso de preguntas hubiera dicho que la mamá de Ripley lo llevaba a la calesita, al zoo, a ver a Kin Kong, a ver los árboles anfibios etc.…¡Pero a la zona roja, nooo!
    Tampoco hubiera dicho que trabajaste en un sex-shop, no porque tenga nada de malo, es que no te imagino buscando medidas para las señoritas exigentes.
    Eso sí, ya que todos preguntan algo (el tema interesa)…¿Te robaste algunos artículos?
    ¿La imagen? Muy buena, pero me parece que la curiosidad la opaca, queremos más detalles del texto.
    Mañana viajo a la madrugada, me voy a trabajar lejos, pero estaré atenta de la II Parte.
    Eso de “señoras mayores entradas en carne” sonó feo, me recuerda que hace poco cumplí años y que me he comido todo en la Navidad; me voy, tengo que hacer cien abdominales.
    Besos, dos…

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  9. Madremía, tu vida da para escribir una buena novela, o para hacer una miniserie de esas de Tele 5 que están tan de moda...

    Seguimos a la espera de nuevos episodios :-)

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  10. Me encanta esta fotografía, Ripley.

    Y muy buena esta entrada-vivencia.
    :)

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