Resulta que me deje atrapar por unas puertas giratorias.
Primero asomé la cabeza y metí un pié -o fue al revés-, después y antes de ser guillotinado, el cuerpo entero y cuando me quise dar cuenta estaba dentro del Palacio de la Ópera disparando con flash a un grupito de estudiantes ó turistas, no me quedé a averiguarlo, al fin al cabo ya tenía mi foto, aunque reconozco que estuve torpe porque podía haber ido algo más allá en el interior del edificio. Será otro dia.
Esta es la primera foto que subo con la nueva interfaz de Blogger, creo que éste mes hacen obligado el cambio desde la antigua y no se si se podrá seguir utilizando. Pensé que iba a tener problemas con el HTML pero que vá, sólo hay que cambiar un par de valores y ya está o incluso se puede modificar el tamaño de la foto haciendo un simple click pinchando sobre ella y eligiendo de una lista de opciones, lo grande o pequeña que quieras que aparezca en tu blog.
Las puertas giratorias a veces son una trampa donde el ridículo te hace enrojecer y las sonrisas de los que te miran son como afilados cuchillos entrando en tu maltrecha dignidad. Hablo por experiencia propia.
ResponderEliminarCuidado con el flash amigo. La prudencia y la invisibilidad del fotógrafo son fundamentales.
Un abrazo
Yo creo que esas puertas giratorias sólo les gustan a los niños a todos nos ha sucedido algo en ellas.
ResponderEliminarMe gusta el encuadre y el uso del flash quizá en esta parte del edificio tan soleda no hubiera sido necesario.
Besos!
Oye, tu entrada me ha dado una idea para una serie fotográfica que seguramente nunca haré, pero a lo mejor tú que sí que te atreves: hacer fotos desde el interior de una puerta giratoria, de la gente que entra y sale, que se queda, de lo que se ve fuera y dentro, dentro y fuera. Por ideas que no quede. En cuanto a la nueva interfaz, cuando cambie tendré que cambiar mi viejo ordenador y me niego!
ResponderEliminarUn abrazo.