Al trote

Nunca he sido de mucho correr, por eso en el colegio jugaba de portero y terminaba de los últimos cuando hacíamos un tres mil en pista o campo a través. Tampoco me tiraba demasiado nadar así que fingía no saber hacerlo y me ahorraba el esfuerzo que hacían los demás mientras yo tonteaba en una esquina de la piscina.

Podría decir que soy mas de ajedrez pero sería falso, lo mio, era la bicicleta y en lo que era realmente bueno era jugando al frontón, aunque esté feo que yo lo diga pero que quieren si es la verdad verdadera.

Jugábamos a todas horas, en el recreo de por la mañana, en el de después de comer y en la media hora de misa a la que decíamos ir cuando en realidad nos marchábamos a jugar. Y como ya éramos los mayores podíamos echar a los menores y ocupar las paredes en las que machacarnos las manos con una pelota de tenis.

¡Ah que tiempos tan maravillosos! hasta que nos pillaba algún profesor, generalmente el de química o el de pretecnología y nos mandaba a nuestros respectivos tutores, pero con el mio había feeling y el buen hombre -mi profesor de música, don Pedro- comprendía que estaba en una edad difícil y rebelde así que siempre me decía lo mismo igual que yo a él, luego aquí paz y después mas frontón.

Apertura: f/11. Tiempo de exposición: 1/400. Velocidad ISO: 400. Distancia focal: 55mm.