El rey que mandó embellecer la ciudad y cuyas obras son hoy bien visibles y reconocibles, auténticos iconos de Madrid, se preocupó también de higienizarla y dotarla de servicios así como de mejorar la instrucción pública entre otras muchas cosas; deja un momento su posado para el pintor y se asoma alborozado a contemplar al pueblo de Madrid en su quehacer diario. Con justicia se le reconoce como el mejor alcalde que nunca tuvo la capital del reino de España.
Buen retrato de un rey que no solo mejoró la capital sino que se preocupó también del resto del país. El despotismo ilustrado tuvo sus cosas buenas aunque el pueblo siguiera sin voz, todavía tardaría muchísimos años en tenerla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así fue Juan Carlos muy buen comentario. muchas gracias
Eliminarun abrazo
La historia a veces nos hace ver que cualquier tiempo pasado fue mejor. No siempre es así, pero cuando sucede uno se indigna con el presente. El articulo servir a veces se confunde por el de "me sirvo a mi mismo".
ResponderEliminarEn fin, bueno es recordar lo que es evidente.
Un abrazo
Pues falta haría que volvieran alcaldes como él que pensarán más en el pueblo y menos en ellos mismos. Saludos amigo.
EliminarEl pueblo tiene voz y a veces se desgañita.
ResponderEliminarLo malo es que los políticos no quieren escucharlo.
Buen resumen de la historia del rey cazador. Por cierto ¿dónde es la foto? ¿en Atocha?
ResponderEliminarSalu2
Cerca Juan Carlos, en el paseo del Pardo frente al museo y el jardin botánico.
Eliminargracias por comentar