Sin mirar

Ayer se celebró el día de la bici en Madrid, como Ripley ha dimitido de éste perro mundo no se dió cuenta hasta que el conductor del autobús les dijo: "última parada, hasta aquí podemos llegar" y en el autobús ocurrió un suceso que no me resisto a contarles.

Sube un señor mayor, muy mayor, con mas años que todos nosotros juntos, dos audífonos, gafas de pasta negra, enormes, un bigotillo bajo la nariz, bien rasurada la barba y oliendo una barbaridad a "Varón Dandy" -mejor cuanto mas cerca- ¿recuerdan?, de todo ésto me dí cuenta una vez lo tuve sentado frente a mí, mientras coge aire y se acomoda, lo veo hurgar en el bolsillo de la americana hasta que encuentra lo que busca y cual prestidigitador saca de él ¡¡¡un libro electrónico!!!

En cuanto a la fotillo, fue una chiquillada, encendí la cámara y disparé en movimiento a la altura de la tercera o cuarta costilla sin apuntar ni mirar ni nada de nada. Ni siquiera sabía que me me cruzaría con un buen par de piernas.