Un palacio para llevar

Diafragma: f/6.3. Tiempo de exposición: 1/1600. Velocidad ISO:  100. Distancia focal: 55mm

Ripley es un ser en esencia simple como el mecanismo de un chupete pero esconde un rincón perverso y retorcido y es que le gusta ver Madrid con los ojos de otros que se dedican a fotografiar la muy hermosa y noble Villa y Corte, capital del extinto imperio en el que jamás se ponía el sol.

Pero lo hace sin malicia, sólo le  mueve la curiosidad por ver lo que él no ve, por saber lo que ellos buscan como recuerdo o quien sabe si hasta para exhibirlo en un blog, que la gente es muy así. Impúdica.

Como Ripley es elemental y unicelular solo busca la belleza, sin mensajes ocultos o subliminales y no le gusta sacar nada feo en sus fotos, por cierto el otro dia tuvo su primer percance desde que hace fotos. Les cuento.

Hizo una foto a una señorita que estaba -naturalmente- de espaldas que es donde mayormente los humanos tenemos el trasero -vulgo culo de toda la vida- pero en esto que una latina achatada por los polos y que regentaba un puesto de bisuterías la avisó de lo que acontencía, y allí que me fuí a desfacer el entuerto, le expliqué que tenia un blog "artistico" de fotos y que si me daba permiso para trabajar en su foto en casa y me gustaba el resultado la publicaría pero que si no le parecía bien las borraba ipso factamente delante suyo. Y eso hice. Y me alegro. Porque de hechuras bien pero luego era mas bien difícil de mirar a la cara.

Lo que no entiendo es el interés de la empresaria en meterse donde nadie la llamaba y como me había cabreado me fuí al puesto de al lado suyo y estuve mirando y hasta quise comprarme una pulsera de cuero que la muy amable dependienta intentó repetida y frustradamente anudar en mi engordada muñeca. Todo esto al lado de la otra petarda. Con calma, con parsimonia, con la cabeza alta, dejándome ver, como los toros bravos.

Me permito recordarles que he puesto nueva-vieja foto en fotos prescindibles.